Casa SPL

Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Vivienda Unifamiliar
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Bernardo Roberto Bustamante Patiño
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Arq. Susana Doménika Baquero Sempertegui
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Arq. Nuria Vidal
Memoria
El encargo de parte de tres amigos estadounidenses, que vivieron sus infancias en Ecuador, y buscaban tener un lugar donde poder reunirse y reconectarse con el país. Se ubica en la comunidad de Pijal, compuesta principalmente por población Indígena Otavaleña, en las laderas del Lago San Pablo, el Lago más importante del Ecuador. Desde el sitio, se divisan los Andes norecuatorianos: el Cerro Cusín al frente, el Volcán Imbabura, y el Volcán Cotacachi al norte.
La topografía desciende contrariamente hacia el Lago, por lo que se decidió incrustar la pieza arquitectónica también contraria a la pendiente, obteniendo las visuales del Lago y del paisaje del norte de Ecuador. Esta operación, obliga a que la mitad de la barra se entierre en el terreno, y la otra mitad vuele perpendicularmente a las curvas de nivel generando un voladizo épico de 12m de largo. El gran voladizo condicionó a la resolución del proyecto en base al sistema estructural. La estructura consta de dos grandes partes, una de hormigón armado anclada a la tierra, de donde se sujeta una viga habitable de acero en voladizo.
Esta barra elevada contiene el programa. Se ubica el acceso bajo el voladizo y una circulación vertical que conecta la planta baja con la planta alta en el centro, lo que resuelve la zonificación pública y privada del proyecto. La zona privada tiene tres dormitorios, los cuales son de todos, por lo que se diseñó un gran armario dividido en tres partes para que cada uno de los propietarios tenga el suyo y pueda utilizar la habitación que este libre.
Todos los espacios de estar se orientan hacia el Lago San Pablo. Los dormitorios acceden directamente al jardín que queda en la parte superior del terreno y la zona común, ya elevada del terreno, es acristalada en sus tres frentes obteniendo una integración total de este paisaje andino. La esencia constructiva de la obra negra, se manifiesta en los terminados, los robustos muros de hormigón fueron cuidadosamente encofrados con tableros de madera contrachapada y aparecen en varios de los espacios de la casa. Asimismo, los elementos metálicos como vigas, columnas y diagonales, forman parte de las carpinterías, permitiendo ligereza y transparencias para incorporar el paisaje al interior. Los suelos son de hormigón pulido y sellado, y se utilizaron duelas de pino en puertas, mobiliario y en el tumbado falso de las áreas sociales, lo que le da calidez al concreto visto.
Implantar esta súper estructura en el paisaje rural de Los Andes ecuatorianos, supuso una proeza constructiva donde nos enfrentamos a retos muy complejos, como el difícil acceso por las trochas enfangadas por la larga temporada lluviosa, la socialización de una estructura tan radical con la comunidad, el acceso a servicios básicos o la provisión de materiales. La espectacularidad del proyecto es innegable, una obra de rigurosa construcción que destaca desafiante en la ladera para ser vista y admirada cual escultura habitable, y admirar desde su interior, ese paisaje idílico de agua y montaña.