La Lomita

Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Arquitectura Mínima y Otra Arquitectura
País de representación: México
   Autores: 
Arq. Helene Lea Ivonne Carlo
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Sr. Emiliano García Martín

Memoria

Desde una alternativa local y con identidad, y con la intención de ser replicable en zonas con condiciones climáticas similares, la interacción con diversas organizaciones comunitarias como la RED del Renacer del Campo, la Escuela Flor y Canto y las familias campesinas de la cuenca, muestra el deseo de construir local. Lo que refleja el sentido y el deseo de conectar con nuestros orígenes y creencias porque lo local es también familiar. La Lomita debe su nombre a su ubicación: Situada en lo alto de una colina al final de un único camino. Es un refugio que se asoma a la geografía monumental de las montañas que lo rodean, se asienta ligeramente, con poco impacto y un tamaño razonable. Ocupa sólo el veinte por ciento del terreno actual, esto permite complementarlo con un área productiva muy generosa en la que se siembran especies vegetales comestibles y medicinales de la cuenca de Valle de Bravo -rescatando la tradición maya del cultivo de traspatio- y además asegura la alimentación de la familia. El sistema constructivo es un montaje sencillo, que permite la reutilización de piezas de madera y responde a los parámetros bioclimáticos relativamente extremos: lluvia, humedad y alta incidencia solar. Un edificio de madera bien diseñado realza las propiedades térmicas de este material y resulta estéticamente agradable: la casa proporciona un gran confort térmico y es versátil para todas las estaciones. El arco del tejado se recuperó de una construcción anterior y marca exactamente la trayectoria del sol de verano. La vivienda cuenta con un sistema de recogida de aguas pluviales en el tejado, que permite tener suministro de agua para el consumo de la casa y el riego del jardín. Los sistemas de recirculación de agua y de tratamiento de aguas residuales. son visibles, a través de zanjas de captación e infiltración, y de tratamiento de aguas residuales en humedales que se integran en el diseño paisajístico del jardín: la lógica de la gestión del agua tiene sentido con el entorno y la construcción. El modelo ha sido replicado con éxito en varios lugares, uno de ellos se convirtió en un lugar de almacenamiento y distribución de productos orgánicos de la cuenca donde tanto consumidores como productores trabajaron con la madera y las técnicas de ensamblaje para replicarlas.