Cada encargo que recibimos, es para el estudio una buena oportunidad de reflexionar y manifestar las ideas que se forman en relación a una obra y su vínculo con el entorno natural y construido, el cual anhelamos sea siempre armonioso y sostenible. Situado en un barrio joven de la ciudad de Altos, el encargo consistía en proyectar una casa de verano que albergue a familia y amigos, congregados en espacios sociales y de disfrute que, a su vez de estar relacionados con el exterior, pudiesen mantener un cierto grado de intimidad. La propuesta buscó posarse ligera sobre el terreno, aprovechando el desnivel para dejar fluir el espacio público y la vegetación circundante. En efecto, 3 árboles nativos de la región, llamados Albizia hassleri conocidos en Paraguay como Yvyraju, se encontraban en el centro del mismo, como anfitriones y aliados desde el primer momento. Se planteó un volumen sobreelevado de 12×24 mts, apoyado sobre 6 pilares, con una sustracción central en forma de claustro, el cual articula y separa el espacio social del íntimo, proporcionando iluminación y ventilación natural a los ambientes. En planta baja se sitúan los servicios y un bloque de huéspedes. Por último y como quinta fachada, una terraza jardín alrededor de los árboles que otorga vistas panorámicas al barrio y sus paisajes. Pensamos que una vivienda, luego de ser resuelta en sus aspectos funcionales, puede ir mucho más allá y ser un laboratorio de ideas, de sistemas constructivos, de trabajo interdisciplinario, un pequeño epicentro de sostenibilidad, una muestra de cómo coexistir con lo natural y de cómo construir ciudad, de apuntalar o renovar paradigmas, de cómo aportar al lenguaje colectivo y mejorar las herramientas de diseño. Con la idea de mantener una materialidad austera y honesta, exploramos la posibilidad de elaborar nuestros propios bloques con piedra residual de canteras locales, fabricados en matrices al pie de obra, a un costo igualmente competitivo que cualquier otro material del mercado, con la diferencia de estar reincorporando un “desperdicio” a la economía circular, reflexionando así sobre la importancia de optimizar nuestros recursos hacia un futuro más sostenible y enfatizando la importancia de la mano de obra para la humanización de los procesos. Con ello, obtuvimos prestaciones muy interesantes como; espesores considerablemente delgados en muros (5cm) con un material usualmente bruto, inercia térmica por medio de cámaras de aire, calidez en la textura y tonalidad de los cerramientos y una estética que destaca lo imperfecto como un modelo válido de construcción. Por otra parte, incorporamos un sistema de inyección de energía limpia por medio de paneles fotovoltaicos conectados a la red eléctrica, así como también la recolección de aguas pluviales para su posterior uso en regadío. Yvyraju es para nosotros un ejemplo muy grato de como compaginar y materializar diversos aspectos que hacen a nuestro compromiso con la disciplina y el medio ambiente, en concordancia con lo que un cliente espera desde el otro lado de la acera, impulsándonos a mantener siempre un espíritu joven de investigación, ensayo y construcción criteriosa.