Ubicado en la ciudad de Cuenca, Ecuador; este proyecto surge a partir de la necesidad de intentar pensar en la posibilidad de “repoblar” el centro histórico de la ciudad, debido a una serie de vacíos que se encuentran siendo ocupados por parqueos o son lotes sin uso que a medida de los años cada vez es más latente la ausencia de vivienda. Esta sucesión de vacíos dentro del centro histórico provoca la descomposición del proyecto fragmentando sus partes en cuatro diferentes manzanas que posteriormente buscan una adaptación dentro de una disposición preexistente. Se proyecta un complejo de viviendas comercios y oficinas dentro de una zona conflictiva denominada “zona roja” debido a que cuenta con índices altos de inseguridad; puesto así una de las principales estrategias es mitigar esta inseguridad dotando los espacios de lugares abiertos que permitan generar sitios y recorridos y así de esa manera se propone recuperar los centros de manzana donde se generan nuevos espacios públicos y se liberan los callejones existentes. Por otro lado, el proyecto al encontrarse disperso entre sí, se logra articular mediante la estrategia de plataformas únicas que a más de ser universales en accesibilidad logran compactar y solidificar las conexiones entre manzanas poniendo a disposición la libre circulación, así mismo el diseño urbano pretende eliminar cualquier barrera arquitectónica existente que limite la libre circulación del peatón, cada espacio y recorrido logra generar lugares de estancia, mixticidad de usos, tanto como la incorporación de rampas en los accesos. Finalmente un espacio público que genere pertenencia y seguridad, donde el encuentro de los diferentes grupos sociales sea esencial para el mantenimiento del mismo y que mujeres, niñas y niños se sientan seguros en los diferentes espacios.