Casa El Cortijo
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Vivienda Unifamiliar
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Felipe Assadi
Memoria
Elegimos la casa patio como tipología para esta familia. Es una tipología escalar, que no solo encontramos en viviendas adosadas en Guayaquil sino incluso en edificios del centro de la ciudad. La vimos en muchas casas de la región, como si fuese un estereotipo inmediato, una respuesta favorable a una serie de condiciones, ya sea climática, constructiva, o de economía de recursos que nos interesó. El sol en el cenit posibilitaba además una pieza arquitectónica prácticamente autónoma en cuanto al asoleamiento y por ende su posición en un solar no dependía necesariamente de su recorrido. Nosotros, acostumbrados en el hemisferio sur a privilegiar el norte, tuvimos la posibilidad de aislar la variable “orientación” en Ecuador.
En la casa–patio las fachadas importantes son las interiores las que se encargan de generar dicho patio. Intentamos, como ejercicio proyectual, sacar la casa-patio, o, el edificio-patio, del contexto natural que lo encierra, generalmente la manzana urbana de fachada continua o a veces la casa de campo que requiere de un ambiente exterior controlado que sirve a los recintos que lo rodea. Un patio que a su vez ordena y dirige. Entonces, generamos una pieza arquitectónica – patio cuyos bordes exteriores, inexistentes, debían ser construidos por la misma obra, y por eso se proyectó una edificación rectangular, imitando el modo en el que opera una manzana típica colonial, compuesta por una sumatoria de unidades habitables, que hacen una fachada continua pero que a su vez tiene quiebres, ya sea en altura o en planta, y que liberan en su conjunto un vacío al interior de la manzana.
En Guayaquil este ejercicio era posible, ya que teníamos al sol encima, y por lo tanto norte y sur no eran relevantes como en otras latitudes.
Siguiendo el molde anterior, el conjunto de recintos se organiza alrededor de un patio central mediante un corredor interno en un sistema rectangular. Este patio conecta visualmente todos los recintos y garantiza un paisaje propio para la casa. Ordena la planta y arma un microclima sin mayor orientación que la propia casa.
Cada recinto se adosó a los espacios contiguos, mediante cubiertas propias y salientes en la fachada continua. Así, la lectura del total reconoce unidades ciertamente independientes pero pertenecientes al mismo sistema, cuestión que se observa en el ejemplo extraído de la manzana urbana.
Las cubiertas, una para cada recinto, evacúan las aguas lluvias por las juntas entre recintos, tal como se hace en la escala urbana, producto de la sumatoria de unidades.
Elegimos el ladrillo como material, incluso en las cubiertas, ya que en nuestra primera visita nos topamos con mucha arquitectura residencial en ladrillo. Vimos lo que se hacía, y cómo se hacía, y luego proyectamos. Vinimos, aprendimos de quienes iban a construir y diseñamos para ellos, cuestión que, debido a nuestra distancia, era doblemente necesaria.
El jardín exterior se ocupó del resto. El clima, favorable a la vegetación, hizo que pronto la casa se cubriera y se rodeara de verde, propiciando este micropaisaje interior que rodea el programa.