En el corazón de la ciudad de Cuenca, sobre la tradicional calle Simón Bolívar y enfrentada al parque Calderón, se encuentra la edificación intervenida. La construcción data alrededor del año 1869, concebida originalmente como una vivienda de importante tamaño, que a pesar de su preferencial ubicación, su conservación no fue considerada, sufriendo varios fraccionamientos debido a herencias; además, su uso se ha transformado con el paso del tiempo, obligándola a adaptar su forma. Previa a la intervención se encontraron elementos y adaptaciones correspondientes a los años 70’s, ocasionados por divisiones en la vivienda. Se construyeron escaleras de hormigón armado en lo que fueron originalmente los patios; deduciendo que, se realizaron debido a la necesidad de comunicación vertical entre planta baja y planta alta. Luego de la división se presume que esta porción quedó desprovista de las escaleras originales. Además, se han realizado intervenciones correspondientes a la misma época como la implementación de columnas y vigas estructurales de hormigón armado, ampliaciones en planta alta y uso de materiales modernos como entrepisos de vidrio. Como punto de partida para el planteamiento de la propuesta y con el fin de precautelar la conservación de elementos con valor histórico, se realizó un análisis minucioso en fachadas, paredes interiores, cielorraso, elementos de madera y metálicos que permitió identificar los diferentes estratos pictóricos, transformaciones cromáticas y materiales originales de soporte del inmueble. En relación a elementos con valor patrimonial se descubrieron únicamente dos espacios con cielorraso de latón policromado, que se conservaron como elemento característico en la propuesta; por otro lado, no se encontraron restos de pintura mural. La primera estrategia de diseño fue la recuperación de la morfología original de la casa republicana, por lo que, se eliminaron las escaleras que afectaban al patio y traspatio; reubicándolas en la esquina posterior. Otro punto relevante fue la recuperación de los arcos originales en ladrillo artesanal, exponiendo el sistema constructivo vernáculo, incluso se advierten cambios de materialidad como adobe, bahareque, en una misma pared, por lo que, se han dejado expuestos como testimonio histórico de la evolución de la construcción. La propuesta en su totalidad procura mantener una relación respetuosa con los materiales propios de la vivienda patrimonial, dejando vestigios que evidencian y destacan el sistema constructivo original; de esta manera los elementos nuevos buscan ser fáciles de reconocer. Se emplearon materiales brillantes como vidrio, metales, maderas pulidas, que delaten la actualidad de la intervención, sin confundirse de ninguna manera con la tradicional construcción. El cuidado de los detalles en el rescate de la esencia de la casa se evidencia también en la baldosa, misma que fue diseñada en base a la cromática de distintos momentos pictóricos encontrados en las calas de muros interiores, y en la reutilización de materiales como el carrizo en espacios importantes de la edificación. Mediante esta intervención el inmueble ha recuperado la importancia categórica al encontrarse en tal privilegiada ubicación, convirtiéndose en un referente que evidencia la riqueza armónica de lo histórico y lo contemporáneo en la ciudad.