La Casa Puente está ubicada en una urbanización cerrada en el municipio de Porongo, en Santa Cruz, Bolivia. Cuenta con una superficie de 360m2 construidos en un terreno bastante accidentado de 750m2. Esto ha generado que la vivienda se resuelva aprovechando los desniveles y apenas se asiente sobre el terreno lo cual da la idea de que la casa siempre estuvo presente. La vivienda se plantea formalmente en dos volúmenes. El volumen superior se asienta sobre la parte más alta del terreno con una orientación norte-sur que nos permite controlar el ingreso directo del sol, mientras que el volumen inferior se ubica de manera perpendicular y semi-enterrado generando mayor control de la radiación, dando como resultado que la volumetría tenga la percepción de un puente, de ahí su nombre. La casa se cierra completamente hacia la calle, buscando el máximo de privacidad y abre todas sus vistas hacia jardines interiores. El programa está resuelto de manera poco convencional ya que el área social se resuelve en la planta alta y de forma lineal para lograr mejores vistas. En esta planta está ubicado la churrasquera que hace de hall de imgreso, el living comedor y la cocina. El área privada, ubicada en planta baja con acceso directo desde el garaje cuenta con una mater suite, dos suites y una estar familiar. En esta área íntima, la ventilación está dada por un patio inglés al cual, a través de los grandes ventanales, nos permite captar los vientos del noroeste y nos permite generar una ventilación cruzadas en cada uno de los ambientes. En este mismo nivel, se encuentra el área de servicio con el dormitorio y su respectivo baño. Los materiales fueron cuidadosamente elegidos y combinados de manera equilibrada. La piedra laja fue la estrella de la obra, la cual fue seleccionada minuciosamente para lograr la homogeneidad en la textura que marcaba la fachada. El hormigón remarca la estructura de la casa, como las losas, columnas y vigas y los diferencia de lo que es cerramiento. La madera que viene a dar calidez a cada ambiente y finalmente el vidrio, que marca un límite, pero a la vez deja fluir el espacio hacia el exterior. Esta elección de los materiales nos ha ayudado para remarcar la composición formal, separando todos los elementos que componen el proyecto y a la vez exponiendo la estructura de la fachada, resaltando los pórticos que sostienen de manera colgante las losas.