La vivienda se ubica en Quito, en la parroquia de Tumbaco. En las faldas del Ilalo y a pocos metros de la ruta VIVA. Se plantea una arquitectura fuerte y expresiva, donde la materialidad responde a los planteamientos formales y funcionales del programa arquitectónico. Es fundamental el trabajo artesanal de hombres y mujeres que plasman su identidad en los diferentes espacios y elementos de esta vivienda. El porche con su chimenea y su parrilla se constituyen en el eje articulador de esta vivienda, se convierte en su corazón; su doble altura que la comparte con la sala – comedor, integran verticalmente los espacios de planta baja y planta alta. Las circulaciones que están incluidas en los espacios, se mimetizan con ellos, de tal manera que no encontramos físicamente delimitados corredores, los espacios se abren y se integran unos con otros, verticalmente la circulación se resuelve con una escalera de un solo tramo, que “flota” delante de un muro de piedra y se constituye como la escultura principal del área social; un puente nos comunica con el área privada. En la planta alta los espacios privados se abren hacia el entorno por medio de grandes ventanales y terrazas rodeadas de sendas jardineras de hormigón impregnadas de las maderas que fueron sus encofrados; la naturaleza existente se mezcla con la propuesta de jardines plantados por nuestras manos. La propuesta formal es muy estricta, cada elemento es imprescindible en la composición, donde la proporción, la escala y el ritmo equilibran la propuesta material de esta vivienda. El diseño respetó en su totalidad los arboles existentes, la vivienda se implanta en el lote amigablemente, la materialidad, las texturas y colores buscan complementar el perfecto paisaje natural. Un hidromasaje rodeado de plantas y cobijado por la misma arquitectura complementa el espacio que será disfrutado por los ocupantes; el jardín se “mete” al despacho y lo enriquece. El sol calienta el agua que será usada en esta vivienda, el sistema de riego optimiza el uso del agua y los controles electrónicos ayudan a reducir el consumo de electricidad. Todas las plantas y árboles usados en la propuesta de jardines son endémicos y en su mayoría ya casi no se encuentran en la zona, enredaderas, arbustos y flores se convertirán en viviendas de quindes y mariposas. La casa es el resultado del trabajo de hombres y mujeres, reivindica oficios y conocimientos; Susana siembra con sus propias manos cada una de las plantas; José con sus manos y antiguos artilugios talla con paciencia y arte cada piedra a ser colocada en un muro. El hormigón es contenido por encofrados, estos tatúan su materialidad. Los cortes de cielo en los techos y los cortes de luz en las fachadas nos ubican, nos enseñan que somos y estamos en el universo.