Casa taller RAMA
Finalista
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura no Patrimonial
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Carla Estefanía Chávez Sarzosa
|
Arq. Felipe Leonardo Donoso Del Hierro
|
Arq. Andrea Carolina Rodas Buenaño
|
Arq. Nicolas Viteri
|
Arq. José David Loyo Salazar
Memoria
Antecedentes
El proyecto se desarrolla en el barrio de Guápulo en Quito, es un antiguo asentamiento indígena que pasó de ser un pueblo de los márgenes de la ciudad, a convertirse en barrio urbano y donde hoy existe una población heterogenia.
Originalmente fundado por los españoles como una ciudad independiente, Guápulo se encuentra situado en una pequeña meseta de las colinas que actualmente separan a la zona urbana de la rural.
Rehabilitar la casa rentera procedente de una autoconstrucción familiar durante 40 años, la misma que contemplaba 9 espacios de vivienda, 3 espacios comerciales y 3 baños que eran compartidos por la comunidad flotante que los habitaba.
La preexistencia fue construida por etapas y cada una con diferente material y sistema constructivos es así como tenemos adobe, tapial, lozas de hormigón, entrepisos de madera, bloque, ladrillo zinc, teja, etc. La respuesta a esta variedad fue respetar y trabajar detalles para cada uno de los espacios
Tomamos la casa rentera como un caso de estudio para ir descubriendo, anexando elementos utilitarios. Queríamos probar que elementos autoconstruidos, actualmente abandonados y precarios pueden ser reformados y rehabitados con bajo presupuesto abriendo el abanico de opciones para otras viviendas del sector en alto deterioro.
La estructura existente es mixta, no responde a ejes estructurales, esta se fue desarrollando según la etapa de construcción en la que se encontraba la familia durante 25 años de construcción. Al tener una variedad de materiales su comportamiento estructural es distinto haciendo a toda la vivienda vulnerable en caso de sismo.
La rehabilitación enfoca en alivianar la construcción, quitando todo aquello que sume peso a la estructura, una depuración espacial, de superficie componentes y revestimientos. Esta misma estrategia se replica con anillos metálicos estructurales que permiten configurar un solo cuerpo estructural con las losas existentes.
La mayoría de las superficies tenían humedad al no dejar respirar los muros de tapial portantes que se encuentran cercanos a la loma, por esta razón se eliminaron los revestimientos y se ventilaron los muros así se evitaron las cámaras de agua que se formaban entre el revestimiento y el tapial. Solucionando los temas de humedad de la vivienda.
Para homogenizar las superficies exteriores se usó material del mismo terreno procedente de los adobes que no pudieron ser rescatados y superficies modificadas en el terreno.
Toda la madera existente se recuperó, por medio de un proceso de tratamiento a base aceites y pesticidas naturales, las piezas con aberturas fueron enzunchados y reforzadas. Los pisos fueron reconfigurados, pulidos y reutilizados.
Un espacio pensado desde lo modular y la posibilidad de desmontarlo si se requiere, las piezas son estandarizadas y ensambladas por medio de tornillería. Se piensa en un sistema de paneles tamborados, con una cara de contrachapado, aislante térmico de membrana térmica y ensuelado. Este módulo genera un marco que une el jardín posterior pegado a la loma y la vista al valle de Tumbaco. Un espacio de descanso que se posa en las nubes y remata el proyecto con un elemento singular.