Al interior del altiplano oriental Antioqueño se encuentra villaSOFIA, un proyecto concebido a partir de la memoria y el recuerdo, que busca continuar el legado generacional de sus propietarios desde la preservación de la tipología colonial de la casa existente, original de sus padres y abuelos. Ante la necesidad de ampliar el área, se opta por conservar la casa y construir otra que tomara la existente como origen tipológico y reinterpretar su habitabilidad a la forma actual de vida, sin ceder a la presión inmobiliaria del sector, evidente en suntuosas construcciones alejadas de la esencia del lugar. El reto inicia por estudiar la tipología de la casa existente, que corresponde a la descripción primigenia de este tipo de vivienda, conformada por una construcción de un solo nivel, protegida por una cubierta a cuatro aguas en teja de barro con un gran alero perimetral cuyo uso social lo transforma en el espacio de transición entre interior y exterior; y un interior muy cerrado que opera como área de resguardo en la que su conexión con el jardín exterior se da a partir de contadas aperturas de ventanas caladas. Desde el entendimiento de la tipología y los ideales de vivir de los propietarios, se propuso convertir la casa existente en la zona social del nuevo “conjunto” y la nueva construcción albergaría las zonas privadas, lo que genera dinámicas particulares en la forma de habitar, pudiendo ser una sin la otra, pero complementándose, donde la relación de sutil dilatación entre cubiertas representa el símbolo de transición de usos. La casa existente, se restaura con una única intervención que consistió en convertir la pared principal de la sala-comedor en varias puertas giratorias que permiten integrar interior y exterior, pero que respetan la piel original para que al estar cerradas siga percibiéndose la casa como original. Por su parte, la nueva construcción nace de “duplicar” la casa original, reinterpretándola con acciones como reducir el tamaño del alero, ya que su actividad social no es necesaria en este volumen; incluir un patio central, como respuesta a la necesidad de independizarse del exterior manteniendo la cercanía con la naturaleza; y el respeto a la tipología original en cuanto al ritmo de los vanos, a los que se suman ventanas “imperceptibles” que permiten mantener la imagen tradicional cuando están cerradas, pero que posibilitan la transformación de sus espacios en nuestra reinterpretación de los ventanales contemporáneos. Por último, la nueva construcción presenta la aparición de dos volúmenes en cristal francamente ajenos, que surgen del interés de los propietarios de disfrutar una vista nunca antes experimentada: una panorámica del paisaje lejano y su entorno en forma de un mirador 360º. Así es como el proyecto entiende la relevancia para el cliente del paso del tiempo, acogiendo una postura de arquitectura en permanente cambio que ofrece al usuario nuevas dinámicas y formas de habitar: intervenciones arquitectónicas puntuales, pero no estáticas que posibilitan la adaptación en el tiempo, usuarios y formas de vida según las generaciones que pasen por allí…