EL FARO DE MAPASINGUE
Premio de participación: Premio Hábitat Social y Sostenibilidad
Categoría de participación: Hábitat Social y Desarrollo
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Juan Carlos Bamba
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Arq. Pierre Berrú
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Arq. Jorge Ludeña
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Arq. Emilio Arroyo
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Arq. José Rivera
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Arq. Viviana Palacios
Memoria
Durante la pandemia trabajamos junto a la comunidad de “Hijos del Suelo” ubicada en Mapasingue Este, un sector urbano vulnerable de Guayaquil con acceso limitado a espacios comunales, donde se realizó un proceso de desarrollo comunitario durante seis meses apoyados en metodologías de diseño participativo, producción social del hábitat y operaciones espaciales sencillas para la reforma de la antigua casa comunal abandonada durante 30 años.
El proyecto de rehabilitación y mejoramiento integral de la casa comunal se convierte metafóricamente en un “faro” para la comunidad de Mapasingue que guía a las 250 familias del sector en el desarrollo de sus actividades culturales y educativas, sirviendo como un espacio de integración comunitaria por su permeabilidad con el espacio público y que, por las noches, cuando se ilumina, ayuda a generar una atmosfera de dinamismo y seguridad en el barrio.
Mediante la traducción de las necesidades de la comunidad generadas en los talleres de diseño participativo se decide conservar la modulación estructural e intervenir los límites existentes de la casa comunal para convertirlos en umbrales de transición que a su vez funcionan como bandas programáticas que aumentan el valor espacial de la edificación.
La fachada hacia la calle se propone como la conexión con el exterior extendiendo el suelo; el muro medianero se demuele para ganar una franja de luz y actividad; la batería de baños y cocina existentes se reconfigura para formar una banda de servicios compacta; la pared de la fachada lateral se derriba para construir un mueble translúcido que sirve para almacenar, sentarse, leer y aumentar la luminosidad del espacio. Una última acción, un balcón con vista hacia el barrio donde la comunidad puede asomarse para recibir a los visitantes.
Una de las acciones fundamentales consiste en aumentar la relación con el espacio público mediante la construcción de una plataforma frontal, la cual genera un lugar de transición entre las escalinatas y el espacio interior. Las grandes puertas plegables permiten dos configuraciones espaciales para actividades comunitarias: cuando están cerradas mantienen seguro el contenido de la casa con la posibilidad de usar la plataforma como una extensión de las escalinatas; cuando están abiertas la calle se introduce prácticamente en la casa diluyendo los límites entre lo público y lo privado.
Por otro lado, el espacio interior es todo blanco para captar y reflejar la mayor cantidad de luz necesaria debido a las complejas condiciones de implantación de la casa comunal en un terreno estrecho y alargado entre medianeras que no permite abrir vanos para iluminar en tres de sus fachadas.
Finalmente, el elemento vertical sobresaliente que simboliza un faro le otorga al proyecto un carácter de eje visual a escala urbana desde el cerro y sirve a la vez como lucernario que en el día capta luz natural, mientras que en la noche causa el efecto contrario, proyectando la luz del interior hacia el resto de las edificaciones iluminando el barrio como un motor de activación social.