Bellavista, sitio cuya identidad te invita a experimentar una realidad sensibilizada de la ciudad, a través de la naturaleza y sus calles de piedra, te lleva a explorar las diferentes percepciones del observar, al presentar un paisaje en su máximo esplendor. El proyecto te atrae y transporta hacia un paisaje que captura la esencia de la ciudad, montañas, valles y barrios históricos; se busca intensificar la conexión con el barrio y rescatar los valores culturales, artísticos y colectivos del sitio y al mismo tiempo crear una convivencia armónica entre el conjunto y el entorno. El proyecto se abre a la ciudad y crea una plaza pública tipo mirador, la cual invita a explorar y recorrer el espacio en búsqueda del paisaje, expandiendo la riqueza del lugar hacia las calles de bellavista. El proyecto está compuesto por 143 departamentos los cuales están distribuidos en 3 bloques los cuales se conectan por puentes que atraviesan al proyecto de forma transversal, de igual forma el conjunto se acopla a la topografía del sitio. Todas las unidades de vivienda rotan 5 grados hacia los lados, buscando una fuga visual hacia el paisaje y una luz controlada. Esta estrategia permitió conseguir equilibrio y ritmo en la fachada, aumentando el rango de visión hacia la ciudad y capturar diferentes fragmentos del paisaje natural y del construido. Por otro lado, los volúmenes presentan un retranqueo en los 3 últimos pisos, dando la oportunidad de crear 4 amplias terrazas, las mismas que fortalecen la conexión con el paisaje y la naturaleza. El proyecto implementa el concepto de “Coliving” donde se busca la cohesión entre usuarios mediante el intercambio de conocimiento de personas que se encuentran en su entorno, y con eso fortalecer la convivencia diaria entre los habitantes y generar una comunidad mediante huertos comunales, área de hamacas y fogatas, cocina – comedor comunal, Coworking y sports bar – lounge, de igual forma la zona en donde se encuentra el proyecto permite al usuario acceder de forma fácil a unos de los parques emblemáticos de Quito que es el parque “Guangüiltagua “. Debido a las condiciones en las que se encuentra el proyecto, se planteó un uso privado residencial, con el objetivo de crear una nueva experiencia de vivir más cercana al paisaje, por otro lado, el espacio público se convierte en el ancla que teje el barrio con la naturaleza, llevando al usuario a formar parte del sitio y lo invita a recorrer desde las calles de piedra hasta el boulevard, el cual como elemento propio del barrio se convierte en un espacio público en donde se genera puntos de reuniones sociales fortaleciendo el sentido de pertenencia, el mismo brinda permeabilidad al proyecto y zona de contemplación del paisaje permitiendo experimentar otra experiencia del recorrer en la ciudad.