Levita es una vivienda que casi flota sobre un terreno de características peculiares. 8,70 x 55 metros en uno de los barrios con mayor densidad poblacional de la ciudad.
El desafío era generar espacios fluidos e iluminados en una situación angosta, y por ello se planteó una estructura compuesta por 8 sólidos pórticos que de los cuales penden los espacios, como portales que transportan a un espacio muy privado dentro de acotados linderos.
La altura otorga privilegios que hacen desvanecer cualquier sensación de opresión que menos de 9 metros de ancho de la propiedad podrían haber generado.
La luz y el viento recorren cada rincón de esta residencia, gracias a la integración de los espacios en planta baja, y arriba una sala de estar familiar hace de antesala al espacio del descanso.