Escuela Sustentable – Chile

Premio de participación: Premio Hábitat Social y Sostenibilidad
Categoría de participación: Arquitectura Sostenible y Eficiencia Energética
País de representación: Ecuador
   Autores: 
Arq. David Barragán Andrade
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Arq. Pascual Gangotena
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Arq. Maríaluisa Borja
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Arq. Esteban Benavides

Memoria

Todo empezó con un concurso que nos permitió identificar los proyectos de escuelas públicas más interesantes en Chile. Seleccionamos una escuela rural en el municipio de Lo Zárate, con 57 alumnos y 19 docentes. La particularidad fue que desde hace algunos años, docentes y padres de familia voluntariamente incorporaron el trato con la naturaleza como eje educativo principal. Su objetivo era mejorar la atención de los niños con capacidades especiales, que representan el 40% de los estudiantes. Como diseñadores entendimos la importancia de ese cambio. Como resultado, el corazón de la escuela se convirtió en la huerta-granja y en ese mismo lugar se diseñó un nuevo espacio para el vínculo padres-maestros. El resto de actividades escolares se desarrollan alrededor de la huerta-finca: aulas, comedor-cocina, aseos, despacho de profesores, entrada y zona deportiva. Reorganice, repare y reutilice. Reorganizamos las áreas según su ubicación hacia el sol. Reordenamos las actividades, de modo que la escuela ganó espacio para otra aula. Se reparó infraestructura como estructuras metálicas, techos, pisos, paredes y ventanas. Colocamos un invernadero frente a las aulas para controlar la temperatura, aislamiento del techo y las paredes, e instalamos sistemas de refrigeración y calefacción pasiva. En un contexto desértico, se diseñó un sistema para maximizar el uso y reúso del agua. La lluvia se recoge de los tejados y se potabiliza. Las aguas grises se reutilizan para descargar inodoros. Las aguas residuales se procesan en piscinas que forman parte del paisaje de la escuela. Todo el sistema se diseña fácilmente para que funcione como una herramienta educativa para los niños. Para la electricidad, se instalaron paneles solares. El sistema se conecta directamente a la red pública, lo que quiere decir que cuando produce energía alimenta el sistema y cuando necesita energía la consume, eliminando la necesidad de baterías. Se rediseñaron las aulas para que puedan captar más horas de luz solar, reduciendo la cantidad de electricidad para la iluminación. La tecnología constructiva del proyecto fue diseñada de manera que personas con poca experiencia puedan construir guiados por mano de obra calificada. Este intercambio de conocimiento desembocó en una academia. En términos concretos esto significa que la mitad del tiempo los voluntarios toman clases prácticas en sitio y la otra mitad asisten a clases teóricas con los expertos que diseñaron los principios sustentables de la escuela. Relación del Proyecto con el Sector Público Para entender cómo incluir un proyecto de estas características dentro del sistema educativo público, utilizamos el formato de talleres participativos con funcionarios del sector. Llegamos a varios acuerdos: maquinaria pesada para realizar los trabajos preliminares, reubicación del acceso en el área de huerta-finca, trabajadores públicos con quienes construimos las áreas exteriores de la escuela y modificamos la fachada principal. En el núcleo mismo del proyecto está la idea de un modelo que promueva la autogestión y las prácticas locales sostenibles, actividades subestimadas durante años fuera del currículo educativo, pero que son las que motivan hacer una la escuela más acorde con los tiempos que vivimos.

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