Ubicado en una de las zonas financieras más importantes de Guadalajara y cerca de algunas de las zonas residenciales más importantes, el cliente nos hizo el encargo de proyectar un edificio patrimonial de oficinas para renta. La propuesta nace de diseñar un edificio atemporal, que envejeciera dignamente y que generara ciudad. Es por esto que el proyecto se remete en el terreno creando una plaza entre la calle y el edificio, la cual se ve interrumpida por una escalinata que lleva a un pórtico de doble altura, que aloja una escultura de Manuel Felguérez y una banca, convirtiéndose este en la sombra que abraza al visitante y lo invita a detenerse un momento para después seguir con su recorrido. Buscábamos crear espacios interiores diáfanos, pero que al mismo estuvieran protegidos del sol, es por esto que una serie de cartelas de concreto aparente aparecen en toda la fachada, creando aperturas entre ellas que restringen la vista del exterior al interior pero enmarcan las vistas del interior hacia la ciudad. Esta fachada de cartelas se convierte en un elemento siempre cambiante, generando diferentes juegos de sombras de acuerdo al posicionamiento del sol y la perspectiva de la cual se vea el edificio. Un edificio más opaco o más transparente, gris durante el día y de tonos ocres durante el atardecer.