Hoppy Palms
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Arquitectura Mínima y Otra Arquitectura
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Andres Cordova
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Arq. Carlos Cordova
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Arq. Josué Valarezo
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Ing. Francisco Fernández
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Srta. Loren Santana
Memoria
¿Es posible una construcción en un terreno con un talud de más de 60 grados, donde su área edificable tiene apenas 4 metros en su lado más angosto y 7 metros en su lado más profundo? ¿Puede una arquitectura mínima tener elementos cerrados pero permeables, abiertos pero privados, arquitectura brutalista pero acorde a la escala humana, y que todo este conjunto permita atmósferas cambiantes y confortables para el usuario?
El proyecto Hoppy Palms, fue un encargo privado por parte del propietario de la cerveza artesanal “SPARTA”. Quien estaba interesado en un edificio el cual sea capaz de contener varias actividades tales como: área de producción de cerveza artesanal, área de degustación y punto de venta del producto final. Todo esto combinado, pero sin perder la privacidad ni cualidades únicas que cada espacio requería.
Como antecedente, debemos exponer que el proyecto está incrustado en una montaña, por lo que solo tiene la fachada frontal y la cubierta para trabajar. Adicionalmente, el área edificable dentro del terreno era limitada, teniendo apenas 4 metros en su lado más angosto y 7 metros en su lado más profundo. Por esta razón, se diseñó una estructura que incorpore múltiples aspectos dentro del mismo espacio limitado. La idea fue generar un elemento que combine los ladrillos huecos con un marco metálico dinámico, generando de esta manera, espacios tanto transparentes como opacos, translucidos pero visibles, de forma libre pero contenido, modular pero escultural.
Con estos conceptos, el resultado fue una pantalla en la fachada frontal móvil y dinámica. Los módulos de estructura metálica pivotantes que sostienen ventanas de ladrillo visto, permiten que el usuario pueda abrir y girar la pantalla en diferentes ángulos, creando atmósferas únicas con diferentes combinaciones. Finalmente, la fachada frontal se encuentra en constante experimentación con combinaciones tan infinitas como la creatividad del usuario.
Por otra parte, los detalles constructivos del proyecto se dejaron a la vista, generando una arquitectura brutalista, todos los elementos desde la estructura hasta los ladrillos en la fachada, fueron tratados en su estado natural. No existen recubrimientos ni acabados que oculten la manera en cómo se construyó la edificación. De esta manera, nos planteamos una arquitectura ornamental y llamativa desde el punto de vista constructivo. Adicionalmente, al evitar recubrimientos que encarecerían el proyecto, logramos adaptarnos al presupuesto limitado con el que contaba nuestro cliente.
Finalmente, los ladrillos y su orientación, fueron estudiados y colocados considerando al usuario. Se diseñó de la tal manera que desde el exterior la gente no pueda observar en su totalidad el interior del proyecto, con el objetivo de no perder privacidad, pero una vez dentro, estos ladrillos se desvanecían con el paisaje dejando un ambiente totalmente transparente hacia el exterior.
En conclusión, el proyecto maximiza la materialidad de los elementos constructivos para crear espacios permeables. De esta manera generamos atmósferas dinámicas y atractivas para los usuarios aun teniendo en cuenta que la construcción y sus espacios mínimos se encuentran rodeados por muros de contención en sus fachadas laterales y posterior.