Intervención Teatrino Universidad del Rosario
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura Patrimonial o de Interés Patrimonial
País de representación: Colombia
Autores:
Arq. david delgado
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Arq. andres delgado
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Arq. laura angarita
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Arq. jonny riaño
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Arq. julian cañon
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Sra. pilar mora
Memoria
UNA PAUSA DENTRO DEL CAMPUS QUE RENUEVA EL PATRIMONIO
El refectorio, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, es la habitación destinada para juntarse a comer en comunidad. La palabra deriva del latín “refectus” (refección o alimento), y “refectorium”, que significa “lugar al que se va para ser restaurado” (cf. “restaurante”). En la historia de la arquitectura religiosa (monástica y escolástica), este espacio es comúnmente de planta rectangular y se ubica en la galería opuesta a la iglesia.
Un cambio en el uso del espacio fue realizado por el rector del Colegio, Juan Fernández de Sotomayor en 1823, decretando que, en vez de leer la Biblia en el refectorio, se debía leer la Gaceta de Santafé, una publicación periódica que difundía noticias de la liberación de los territorios y los adelantos de la naciente República. En el muro del fondo (espaldar del altar de la Iglesia de la Bordadita) se aprecia un cuadro de la Cena de los Discípulos de Emaús. Es una alegoría a la Última Cena muy acorde con el uso original.
La propuesta para el Teatrino (antiguo refectorio del Claustro de la Universidad del Rosario) quiso atender un importante encargo: el de materializar el NOVA ET VETERA (lema universitario) desde la composición de un espacio vanguardista y atractivo para la innovación, el arte, la tecnología y a su vez, respetuoso con los valores patrimoniales de un lugar simbólico para el país y la universidad.
La universidad necesitaba readecuar el espacio existente para permitir nuevos usos académicos y culturales que le devolvieran la vida a este importante lugar. El reto estaba en exaltar lo antiguo con lo nuevo, conformar un lugar de permanencia que hiciera más lento el paso obligado de quienes llegan al campus, atrapando la atención, en una época en la que todos vamos corriendo inmersos en las pantallas de nuestros celulares.
El silencio como postura permite que el protagonismo recaiga en el patrimonio construido e inmaterial, entendiendo el último como la actividad y las sinergias de la Comunidad Académica. La experiencia del espacio comunica entonces la convivencia armónica del conocimiento en constante producción y los valores históricos inmutables, en una imagen institucional renovada que se exalta para abrazar la creatividad y la cultura mediante un espacio que permite encuentros cotidianos y eventos.
Mediante el encadenamiento de ámbitos que van armando escenarios para la vida y equilibrando polos aparentemente opuestos pero que en realidad son complementarios, se logra una continuidad espacial y temporal (un paso del Claustro colonial al republicano) a través de una atmósfera acogedora con cálidos materiales e iluminación.
En el Patio Republicano y Sala de los Trofeos, se quiso conformar una topografía interior con cielos y suelo nuevos que invitaran a permanecer en un sitio que antes solo era de tránsito. Con cielorraso y pisos en madera nueva, se buscaba exaltar la belleza austera de los muros blancos y puertas antiguas existentes, permitiendo el encuentro y la estadía de los visitantes con mobiliario flexible y fijo.