La Candelaria
Premio de participación: Premio Nacional
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura no Patrimonial
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Luis Adrián Urdiales Villarreal
Memoria
El proyecto responde a la reactivación económica de unos jóvenes emprendedores, que por consecuencia de la pandemia tuvieron que deshabitar el local de su antiguo bar – discoteca y buscar un nuevo espacio donde continuar con su emprendimiento.
La Candelaria se ubica en la ciudad de Macas, perteneciente a la región amazónica de Ecuador, en un predio al borde del límite urbano. La construcción preexistente en el terreno requirió de una intervención arquitectónica, de ajustado presupuesto, capaz de otorgarle nuevas experiencias mediante una propuesta fresca y contemporánea.
El proyecto buscó cuestionar cómo generar un cambio representativo y una contribución a la ciudad desde el sector privado, lo cual se consiguió mediante una arquitectura permeable, capaz de integrarse a la urbe, convirtiéndose en un punto de encuentro para la interacción social, logrando así una obra que responda al clima, al contexto del lugar, a la forma de vida, a las necesidades del cliente y a la optimización de recursos.
El proyecto consistió en la eliminación de todos los elementos superfluos hasta lograr áreas funcionales para los diversos programas y usuarios, las cuales también se revistieron tanto en pisos como en paredes. Se intervino la fachada reemplazando una antigua pared curva, la cual se enmarcó a través de un pórtico de estructura metálica y ladrillo artesanal, el mismo que en la parte superior se encuentra dispuesto mediante un aparejo que alterna llenos y vacíos, permitiendo la ventilación y contribuyendo al confort térmico al encontrarse emplazado en una zona climática cálida – húmeda.
El proyecto se compone de dos secciones: la parte interna que alberga un mezzanine, el bar, los baños y una planta libre, que funciona como pista de baile y como escenario para eventos sociales; y la parte externa que es un espacio abierto rodeado de vegetación, en donde se puede degustar de comida y mantener una conversación.
En la barra del bar se utilizó piedra del sitio traída de una mina a orillas del Río Upano ubicada a 700 metros de la edificación, contenida a través de una malla electrosoldada en forma de muro de gavión. Las plantas colgantes y la iluminación cálida acentúan el espacio creando una atmósfera acogedora que invita a la permanencia.