Este libro no es solo la historia de la primera arquitecta graduada en Colombia, sino el primer libro publicado en el país sobre la obra de una arquitecta. Al desglosar el sentido completo de lo que esta aseveración significa, descubrimos el universo sorprendente de Luz Amorocho, cargado de pequeñas victorias personales, de logros escondidos y de importancias subterráneas. Luz Amorocho fue conocida como la primera mujer en graduarse como arquitecta en Colombia, por ende, pretendemos entender cuál era el significado profundo de ese hecho aparentemente tan sencillo. Ser mujer en la Colombia que le tocó vivir fue para ella, que no era convencional en ninguna de sus acepciones y que sentía un incontenible deseo de autenticidad, un permanente reto de construcción personal. Como mujer, supo cómo enfrentarse a un medio conservador que impedía a las mujeres ser ellas mismas. Sin aspavientos libertarios y sin proclamas retumbantes, pero con firme decisión y valentía, logró ser libre y vivir la vida a su manera. Ser arquitecta en un país que sobrevalora la “obra” como la definición del éxito profesional la llevó a considerarse una arquitecta discreta que no merecía un lugar en la historia de la arquitectura, pero sus trabajos son un ejemplo de ejercer la profesión de manera imaginativa. Como arquitecta, supo demostrar que la profesión tenía la potencialidad de abrirse en múltiples matices con los que anticipó otra forma de entender el ejercicio de la arquitectura: una profesión en la que las ideas, la destreza y la pedagogía son tan o más importantes que la construcción de edificios. Modos de ejercer la profesión que recorrió de manera exitosa, responsable y ética como investigadora, profesora, diseñadora, dibujante, actriz, traductora, sin hacer alardes y sin ostentación. Este libro se compone, entonces, de dos partes distintas y complementarias. Por un lado, está la visión desde afuera. “Luz Amorocho, arquitecta” da cuenta de una indagación minuciosa de toda la información reunida sobre su vida y su trabajo profesional, a través de un recorrido por los diferentes lugares en los que vivió a lo largo de su vida. Por otro lado, “Luz al oído” es una visión íntima, narrada en tres actos y un intermedio, a partir de las conversaciones con amigos, familiares y otras personas que pudieron captar las irradiaciones que emanaban de esta mujer cuyo nombre, Luz, la define a cabalidad. En este sentido, Luz Amorocho devela las circunstancias de una mujer-arquitecta en el siglo XX colombiano, determinado por la acumulación de inflexiones radicales que, ya instalados como estamos en el siglo XXI, aún no logramos descifrar del todo. Una de estas inflexiones tiene que ver con la participación de otras mujeres en el ámbito disciplinar, cuyo papel -determinante en la construcción de la arquitectura en Colombia- ha sido invisibilizado por otros relatos, por lo tanto, este libro supone no solo un cuestionamiento a estas narraciones oficiales, sino un atisbo de horizontes que dan lugar al reconocimiento de la obra de otras arquitectas, en lugares y tiempos diversos.