Mausoleo. Los mausoleos son una antigua tipología funeraria que se inauguró como monumento para honrar a la nobleza. En el camino, más grupos de personas fueron celebrados en sus propios mausoleos: sacerdotes, guerreros y luego la burguesía. Más recientemente, todo tipo de organizaciones civiles y gremios profesionales han levantado sus propios memoriales. Uno de los últimos grupos esperando a ser representados en mausoleos son las personas que viven en situación calle, siempre empujados a los márgenes —tanto en la ciudad de los vivos como la necrópolis. Mausoleo Memorial Dignidad es una iniciativa de la ONG Fundación Gente de la Calle, que tiene como objetivo proveer con unidades funerarias y un espacio de memoria a la gente que murió viviendo en las calles de Santiago de Chile —el primero de su tipo en Latinoamérica. Sitio. La Fundación Gente de la Calle comenzó buscando un sitio convencional en el Cementerio General de Santiago, históricamente el más importante de Chile y uno de los cementerios urbanos más grandes del mundo. Se divide entre un sector sur, histórico y aristocrático que alberga las tumbas de los más grandes próceres de la patria, y un gran territorio norte con sepulturas populares. La dirección del Cementerio vio en el proyecto la oportunidad de marcar un hito que celebre sus 200 años, apoyando la iniciativa. Se trata de un proyecto de carácter social, con pocos recursos disponibles, que será construido en el suelo más caro del país. Eso llevó a la fundación a buscar lugar en los bordes más económicos del cementerio, lejos del sector histórico. Ante la imposibilidad de adquirir un sitio convencional, de tierra, los arquitectos sugirieron hacer el mausoleo sobre una estructura existente para evitar el cobro del costo de suelo. El Cementerio accedió, entregando un comodato por 40 años —el primero que otorga en sus 200 años de historia— de la cubierta de un pabellón de nichos. Proyecto. El proyecto rehabilita una calle elevada abandonada de 100 metros de largo en el límite noroeste del Cementerio. Un liviano techo metálico, da sombra y habilita un espacio de contemplación y relajación. Evitando cualquier demolición del edificio existente, dos filas paralelas de columbarios también funcionan como bancas para los vivos. Dadas las limitaciones estructurales y espaciales, sólo se consideran tumbas para cenizas y de restos, sumando 372 unidades. La estructura existente determina lo que se propone sobre él. Ejes transversales separados a 5m sirven de apoyo para el nuevo techo. Evitando horadar la estructura de hormigón armado construida cerca al 1960, los paramentos verticales del nuevo techo abrazan las ménsulas originales. Proyección. El Cementerio tiene definido por ley no ocupar más del 70% de sus 86 hectáreas, dejando el 30% para áreas verdes y circulaciones. Hoy ya ha saturado esa cuota y se ve en la obligación de encontrar alternativas para seguir sirviendo su vocación de campo funerario. En este sentido, cabe destacar que es la primera vez que este complejo ha crecido verticalmente sobre tumbas existentes, proponiendo una buena alternativa para este complejo patrimonial.