Museo De Sitio Pambamarca
Premio de participación: Premio Medalla de Oro Trabajo de Fin de Carrera
Categoría de participación: Intervención
País de representación: Ecuador
Autores:
Arq. Fernando Andrés Puga Serrano
Memoria
El museo de sitio en Pambamarca nace para sustentar la pérdida de memoria histórica en generaciones jóvenes de la población indígena. La pérdida de identidad es cada vez más notable y por ende la población pierde la conexión con sus tradiciones, historia y cosmovisión. Esta intervención busca promover la conservación de las ruinas, la montaña y del páramo.
Hasta el presente se han identificado 16 pucaras en Pambamarca, los cuales pertenecen a la cultura Kayambi quienes usaban estos sitios como puntos de observación militar y astronómica, ubicando las fortalezas en los puntos altos de la montaña. La comunicación visual entre el pucara de la cima con el resto llevó a la selección de la ruina para el museo de sitio.
La propuesta urbana consta de una línea de teleférico que conecte el pueblo de Cangahua con el inicio del sendero que lleva hacia la cima de la montaña, además el teleférico también busca resolver el problema de movilidad para los agricultores que no tienen un vehículo para llegar al pueblo. Existe un camino de tercer nivel qué pasa por los diferentes asentamientos terminando en en el inicio del sendero. Este sendero es parte del Capaq ñan, los Kayambi lo usaban para poder conectar los diferentes pucaras.
El museo de sitio reflexiona su intervención en enfocar y delimitar la existencia de la memoria a través de tres elementos arquitectónicos. El primero son los miradores, los cuales buscan un contacto superficial con las ruinas, compuestos por elementos de acero corten que representan lo sagrado, lo no-humano, enmarcan las ruinas de las estructuras, y el camino hacia el ingreso del museo. Estos elementos se elevan para no invadir el páramo natural y en consecuencia el museo se entierra asemejando en tamaño a los vestigios de las ruinas. Como segundo elemento se encuentra el muro de piedra, que representa las murallas que ordenaban la circulación, ordena así mismo la circulación de las galerías.
Por último, los muros de hormigón negro representando lo profano, lo humano, que envuelven el conocimiento del pasado. Los vacíos, que enmarcan el cielo, permiten que el clima forme parte de las actividades espaciales. En estos vacíos, se busca resaltar actividades sensoriales que permitan al usuario experimentar el contraste de la luz y la oscuridad, de lo temporal y lo permanente, de lo profano y lo sagrado