En el mismo lugar donde hace 36 años nació una de las mayores compañías eléctricas de Chile, en 2020 se construyó un hito empresarial que refleja la revolución que vive el mundo de la energía en cuanto a uso inteligente y cuidado del medio ambiente. Bajo la propuesta de BVA Arquitectos, y con la asesoría en eficiencia y sostenibilidad de Ecobuilding, la compañía levantó las nuevas oficinas regionales de su central hidroeléctrica Colbún reduciendo los impactos ambientales de estas instalaciones y promoviendo una transformación cultural hacia el trabajo colaborativo, innovador e inclusivo. Ubicadas en la Región del Maule y con 1.904 m2 totales construidos bajo un diseño moderno y austero, las instalaciones albergan servicios, oficinas y las salas de monitoreo y control de esta hidroeléctrica, una de las principales centrales de generación de energía del Sistema Eléctrico Nacional de Chile. Un importante desafío para el diseño, construcción e implementación fue evitar interrumpir la operación regular de la Central durante el proceso. El proyecto buscó mejorar el estándar de infraestructura mediante espacios equitativos e integrados con el entorno, favoreciendo la interacción entre equipos y una cultura colaborativa, contrastando así con las antiguas instalaciones. Como resultado, la última evaluación de clima laboral presentó un alza de un 19% por parte de los trabajadores en “Nuestra infraestructura contribuye a un buen ambiente de trabajo” (98 puntos en 2021; versus 81 en 2019). Las instalaciones cuentan con espacios que fomentan interacción y creatividad. Además, propician una conexión con el entorno, brindando protección y bienestar a sus trabajadores con estándares de clase mundial en habitabilidad y calidad ambiental. Esto se logró gracias al equipo multidisciplinario que trabajó en base al diseño pasivo, dotando la envolvente del edificio con gran aislación para reducir los requerimientos energéticos por climatización; y los riesgos de puentes térmicos, de condensación intersticial y de oscilación térmica interior; y buscando una vinculación visual con el entorno y optimización de las ganancias energéticas. Para eso se redujo la probabilidad de deslumbramiento por luz natural, manteniendo una autonomía de iluminación natural del Espacio, proveyendo una calidad higrotérmica de aire y acústica propicia para optimizar las condiciones laborales y reduciendo posibles efectos adversos sobre la salud. La morfología y factor de forma de las edificaciones responden a condiciones climáticas como trayectoria y radiación solar, oscilación térmica y vientos predominantes, minimizando las horas fuera del rango de confort térmico principalmente de manera pasiva, balanceando los porcentajes de aperturas para el aporte de luz natural. Esto fue complementado con sistemas activos alta eficiencia, con controles sectorizados, equipos de bajo consumo de agua y paisajismo exterior con riego eficiente y flora local de baja demanda hídrica que responden al compromiso de Colbún con la gestión de su huella ambiental. Además de un manejo responsable de residuos tanto en la construcción como en la operación, con infraestructura para reciclaje y gestión sostenible. Este edificio refleja la prioridad de Colbún por proyectar sus instalaciones a futuro favoreciendo la sostenibilidad, equidad, inclusión y colaboración y minimizando el impacto donde se emplazan.