PARQUE MÉXICO 83
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Espacio Público y/o Colectivo
País de representación: México
Autores:
Arq. Ana Isabel Ruíz Remolina
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Arq. Jimena González-Sicilia Ibarra
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Arq. Sergio Soto Cisneros
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Arq. Sandra Mejía Domínguez
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Ing. HABA Gerencia de Proyectos
Memoria
El Parque de barrio de la Colonia México 83 se localiza al norte de la ciudad de Puebla, y cuenta con una superficie de 2,933.49 m2. Es la única área verde presente en la colonia, con una ubicación estratégica a escasos metros de dos escuelas públicas, así como a una vía principal.
Previo a su intervención, el parque se encontraba en un estado de semi-abandono, por lo cual fue necesario llevar a cabo una rehabilitación integral que le permitiera al espacio cumplir en condiciones óptimas su función como punto de encuentro social, recreación, conexión con la naturaleza y disfrute para la comunidad que habita en la zona.
La configuración lineal del espacio propició ordenarlo a partir de un andador longitudinal que permite recorrerlo en toda su extensión y conformar en conjunto con la nueva banqueta perimetral un circuito para caminar y trotar. La necesidad de dar accesibilidad vehicular hacia predios privados obligaron a habilitar un conjunto de plataformas transversales orientadas en el mismo sentido, complementando con pasos peatonales que permiten conectar entre la calle y el parque. El espacio se compartimenta en áreas de menor tamaño que se programan a partir de los usos previamente existentes en el parque e incorporando otras posibilidades para la convivencia comunitaria, actividades lúdicas infantiles, ejercicio al aire libre, deporte, descanso y contemplación.
La materialidad del parque está definida a partir del ladrillo de barro rojo como elemento principal dispuesto en distintas composiciones, que en conjunto con la grava de tezontle y el concreto pigmentado en los mismos tonos, generan una riqueza en texturas, colores y patrones en pisos. La decisión de utilizar ladrillo de barro rojo surge a partir de la disponibilidad de este material en la zona y de hacer una referencia a su uso en diversos formatos y configuraciones principalmente en el centro histórico de Puebla. De igual manera, el color azul definido para los distintos elementos metálicos como ejercitadores y juegos infantiles alude al azul utilizado en la talavera, oficio tan característico de la región poblana y que forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
La rehabilitación del parque consideró una intervención importante en términos de arquitectura de paisaje, incorporando especies arbóreas, arbustivas, herbáceas, agaváceas y acuáticas para propiciar ambientes diversos dentro del mismo conjunto, con espacios más íntimos, resguardados y sombreados, y otros más abiertos y soleados. La paleta vegetal fue definida tomando en cuenta que en la ciudad de Puebla es muy clara la diferenciación entre época de lluvias y de estiaje, y que la vegetación debe ser acorde a la zona, respondiendo a estas dos condiciones sin más necesidad que el agua pluvial, generando ahorros en términos de instalaciones para sistemas de riego, agua y requerimientos de mantenimiento exhaustivo. De igual forma, al dren pluvial se le dio un tratamiento bajo el criterio de infraestructuras verdes, integrándolo al diseño del paisaje natural y favoreciendo la filtración al subsuelo del agua de lluvia, a la vez que se aseguró su adecuado funcionamiento.