En la actualidad las ciudades están sufriendo grandes transformaciones, día tras día se aprueban y construyen millones de metros cuadrados en nuestro país. Estas construcciones desbordadas han empezado a causar grandes efectos negativos ambientales en las ciudades. Por ejemplo, el cambio en la temperatura de la ciudad de Medellín, que se debe principalmente a la gran masa de concreto e impermeabilización de los suelos que crean un efecto invernadero en los conglomerados más importantes. Es una realidad que el desarrollo y la construcción deben seguir, pero lo que debemos cambiar es la forma en que lo hacemos. El reto para nosotros como arquitectos es integrar el contexto siempre en las diferentes intervenciones, a partir de la utilización de vegetación con especies nativas que ayudan no solamente a repotenciar la conexión ecológica que se ha ido deteriorando, sino que también aporta un gran confort térmico y acústico para sus habitantes. En un lote de 4.065,37m2, con 8 apartamentos y 2093.76 m2 construidos, nade el proyecto Provenza Arriba. El edificio está ubicado en el barrio El Poblado y como su nombre lo indica, este edificio está ubicado en la parte alta de Provenza, uno de los sectores con más vida y actividad nocturna de la ciudad. Antes de iniciar el diseño de construcción, el lote estaba inmerso en una capa densa de vegetación que respondía al contexto de la quebrada. De ahí parte nuestra necesidad de seguir integrando la vegetación existente y afectar de la menor forma posible la implantación del edificio en su contexto. Su forma responde a dar continuidad a la sinuosidad de la calle. Un edificio enmarcado por arcos y cambios deliberados de materiales tejidos por sus frondosas jardineras, elementos que lo dotan de carácter escultórico. El edificio se encuentra al lado de una quebrada acompañada de altos árboles ante los cuales se presenta con una fachada de ventanearía piso techo que se abre para integrarse con éstos, su entorno inmediato. El uso de materiales naturales tales como el ladrillo artesanal requemado, el concreto, el acero crudo y la madera logran generar armonía con el entorno, conservando sus características naturales, tonos, colores y texturas y permitiendo de esta forma no ir en contra de su emplazamiento sino más bien fusionarse con él. Se puede evidenciar en su fachada el juego de planos de los arcos en ladrillo que enmarcan y permiten que las ventanas estén retraídas, siempre dando ese aspecto de volumen y carácter que tiene la arquitectura de ALH Taller. La selección de la vegetación no es al azar, son jardines que responden al ecosistema del lote, junto con nuestro asesor forestal Luis Gonzalo Moscoso logramos crear un oasis ambiental que da vida a muchas especies y que además aporta a la conexión ecológica. Los jardines son voluminosos y van de la mano con las funciones de los espacios, permitiendo más privacidad en unos que en otros, su ubicación también es seleccionada para que aporte dinamismo a la fachada.