Restauración de la Iglesia de San José

BAQ2022
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Intervención en Arquitectura Patrimonial o de Interés Patrimonial
País de representación: Puerto Rico
   Autores: 
Arq. Jorge Rigau
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Sr. José Lorenzo-Torres
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Sra. Celina Bocanegra
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Sr. René Cabrera La Llave
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Sr. Alexander Esparolini
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Sr. Sebastián Feliciano

Memoria

Cuando en 1522 aún no existía la ciudad que se luego se conocería como San Juan de Puerto Rico, frailes dominicos llamados a evangelizar el Nuevo Mundo se adelantaron para levantar un convento y su iglesia en la parte alta del nuevo asentamiento. Con piedra, barro, madera, tierra y arena, gentes cuyos nombres han quedado rehenes del tiempo construyeron el templo amplio, alto y admirable que hoy se conserva recién restaurado como Iglesia de San José. Lugar de recogimiento de la colonia incipiente, la iglesia sirvió de refugio a la población en ocasión de ataques a Puerto Rico por tierra y mar. Por casi 500 años, jesuitas y padres paúles también estuvieron a cargo del templo cuya configuración creció, añadiéndosele capillas y otros espacios. A mediados del siglo 20, la iglesia se rehabilitó para servir como museo de interés turístico, en paralelo a fungir como sede de rituales católicos. Para 1996, una grieta en la bóveda gótica del presbiterio y problemas serios de humedad, filtraciones, hongo y especies invasivas obligaron a cerrar el edificio. Pasaría un cuarto de siglo antes de que, el año pasado, la iglesia reabriera las puertas y reanudara su protagonismo urbano como monumento histórico de primer orden. La restauración de la Iglesia de San José se logró gracias al respaldo económico de la comunidad puertorriqueña que, por años, apoyó al Patronato de Monumentos de San Juan, Inc., entidad concebida para el rescate del templo. Contribuyeron a la restauración arquitectos, arqueólogos, arqueólogos de la arquitectura, ingenieros, artistas, restauradores de obras de arte y artesanos de Puerto Rico, España y la República Dominicana. Curiosamente, constructores de los tres países fueron responsables de levantar el templo original. Valiéndonos de mediciones, estudios, análisis y técnicas tradicionales – también herramientas y materiales contemporáneos – la restauración que presentamos ha garantizado la perdurabilidad de la obra. Por 25 años al margen de la actividad urbana, la vida cotidiana y el turismo, la Iglesia de San José se destaca ahora como pieza singular de la región antillana. La reconciliación de lo viejo y lo nuevo – el diálogo de conceptos aparentemente opuestos, pero complementarios – sirvió de base para un planteamiento arquitectónico unitario que integra la sobriedad y simetría de la arquitectura colonial temprana con la atención a la abstracción, la tensión y la circunspección propias de la contemporaneidad. Los edificios se restauran para comunicarse con el presente. Planteamientos del italiano Luca Beltrami, del español Antón Capitel y experiencias previas propias fueron tomados en cuenta en esta restauración que documenta físicamente transformaciones varias del templo a través del tiempo, reconociendo la Historia como un proceso diacrónico. Quien visita la Iglesia de San José logra entender qué había antes, cómo fue cambiando y también por qué y cómo este templo ahora se ancla en el Siglo 21. La reinauguración de la iglesia coincidió la celebración de los 500 años de la fundación de San Juan como símbolo de la reconciliación de nuestro pueblo con su pasado, su ciudad y su capacidad de hacer.

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