Revalorización de sistemas constructivos tradicionales aplicados a la vivienda contemporánea en Centeocala, Puebla
Premio de participación: Premio Hábitat Social y Sostenibilidad
Categoría de participación: Hábitat Social y Desarrollo
País de representación: México
Autores:
Arq. Saulo Román Barrera
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Arq. Elí Vigueras Acatitla
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Arq. Nitzia Reyes Alfonso
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Arq. Emilio Valerio Servín
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Arq. Esteban Cerón Alvarado
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Arq. Rocío Lara Iniesta
Memoria
El proyecto, subsidiado por el Programa Nacional de Reconstrucción (PNR) de la Comisión Nacional de Vivienda, tiene un enfoque que entiende al quehacer arquitectónico como una práctica de servicio a la población, determinante en el desarrollo de políticas sociales: la arquitectura desarrollada para y con las personas, en cualquier ámbito y lugar.
Localizado en la localidad de Centeocala; a 30 kilómetros de Chiautla de Tapia, al Sureste de Puebla; el proyecto se encuentra inserto en la Sierra Mixteca, región aislada al Este del país, con clima cálido subhúmedo y paisaje montañoso, en donde el Río Nexapa corre a un costado.
La población de Centeocala; de 155 personas al año 2020; se dedica a la agricultura y a la pesca esporádica para autoconsumo. Del total de la población 40 familias son beneficiarias del PNR, éstas, en promedio, se encuentran integradas por tres generaciones: abuelos, padres, y dos hijos.
Respondiendo a las condiciones y necesidades de Centeocala, el objetivo principal del proyecto busca desestigmatizar la noción de los sistemas tradicionales como ineficientes, ligados a una condición económica desfavorable y poco viables. A través de dos ejes se 1) incide de manera positiva en la conservación de saberes ancestrales de la comunidad, especialmente de los sistemas tradicionales de construcción en tierra, palma y madera, 2) brindando alternativas de bajo impacto ambiental y económico, así como mejoras técnicas a nivel estructural y de habitabilidad que contemplan la forma de vida contemporánea en la localidad.
El trabajo de campo, con enfoque etnográfico, ayudó, tanto a la observación y conocimiento de los usos, costumbres, formas de vida y actividades cotidianas, como a la comprensión de éstos con relación al contexto físico y natural, en donde los días son de trabajo, y las tardes de convivencia y descanso en los patios cercanos a los pretiles en donde se cocina.
El diseño participativo fue clave para construir una relación con las familias, diseñando en conjunto las intervenciones conforme a sus necesidades. Esto implicó la identificación de nuestro papel en la comunidad, como una oportunidad para repensar nuestra práctica y postura en el proyecto.
El trabajo fue la suma de conocimientos técnicos y conocimientos ancestrales de las familias, a través del aprovechamiento de recursos naturales locales; piedra, tierra, madera local y palma; en donde la autoproducción fue determinante para la ejecución del proyecto.
De las viviendas intervenidas, 53% son tradicionales. En éstas se aplicaron mejoras técnicas y de habitabilidad: ampliación de vanos, vigas collar, cuatrapeados en esquinas de muros de adobe, mejora de instalaciones, eficientización de procesos constructivos de cubiertas en palma y lámina, salidas de humo y cámaras de calor para pretiles, y sistemas de recolección y saneamiento de agua.
Las áreas para cocinar, parte primordial de la vida en Centeocala, se produjeron por las familias con acompañamiento técnico: desde el corte y secado de palma, hasta la producción de adobes. Acción que reafirmó la factibilidad de los sistemas tradicionales a tiempo que, en las familias se posibilitó la transmisión del conocimiento a las nuevas generaciones de Centeocala.