SPA EN TEPOZTLÁN
Premio de participación: Premio Panamericano
Categoría de participación: Equipamiento
País de representación: México
Autores:
Arq. Juan Manuel Soler de la Viña
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Arq. Alan David Orozco Martínez
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Arq. Fernanda León
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Arq. Elena Annunziata
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Arq. Ingrid Casas
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Arq. Javier Sánchez
Memoria
Tepoztlán goza de la reputación de ser un lugar mistico, envuelto en historia precolombina, energías creativas y curativas. El sitio esta rodeado por montañas, un rio de temporal, verde interminable y vasto cielo. La vegetación es abundante y el cerro del Tepozteco se oculta bajo el follaje a pesar de su imponente cercanía. A nivel del suelo, el calor y la humedad se sienten aun a la sombra de los árboles. En todas direcciones las vistas son largas y el cielo es amplio, y por arriba de las copas puede verse cuando las nubes se acercan, dónde llueve y dónde no. Al meterse el sol, se enciende de naranja la cara poniente de “la montaña sagrada” durante breves minutos y al caer la noche, el cielo se llena de estrellas y se escucha la fauna nocturna.
El cliente, intenso deportista, buscaba construir un lugar enclavado en este contexto, donde pudiera dedicarle tiempo al bienestar corporal y anímico.
Ante todo, la premisa del proyecto fue integrarnos en el sitio sin afectar el paisaje haciendo desaparecer la arquitectura, reconociendo cómo, según la temporada, tanto la sequia como la lluvia, transforman el paisaje.
Formalmente se trata de un cono de piedra volcánica, truncado por un platón vegetado encima, una forma sin bordes e imposible de asir o suponer en su integridad. Simbólicamente se trata de una procesión, que comienza entrando a la montaña por un túnel, se circulando por los espacios para atender al cuerpo, y resurgir al otro lado por una escalinata y descubrir la abrumadora naturaleza desde otro plano.
Propusimos una planta circular con espacios radiales en torno a un espacio central prácticamente vacío, que se ilumina cenitalmente por un lucernario redondo, por donde se cuela el sol y el agua. Ese lucernario es el centro del platón vegetado de 20 metros de diámetro, una suerte de impluvium, concentra el agua de lluvia y al entrar en el espacio, se filtra a las cisternas bajo tierra. El gimnasio, cuarto de masaje, vestidor, regaderas y baños, sauna y frigidarium, rodean al espacio central y completan el programa activo. Al subir por la escalera, el espacio se comprime y luego se abre por completo cuando sales. Ahí arriba, sobre el suelo, se siente correr el viento. El platón es un jardín que se funde con las copas de los árboles.
El programa superior es contemplativo: alrededor de un fuego o dentro de una tina de agua caliente, disfrutar el amanecer, el atardecer y la noche.