El proyecto sube dos niveles para albergar dieciséis apartamentos, todos alrededor de un vasto patio central que alberga las áreas comunes del complejo. El proyecto toma su nombre del ave Toh, una especie de la Riviera Maya reconocida por su vibrante plumaje y su cola única. Se sabe que estas aves son nativas de los “cenotes” de Tulum, o sumideros cavernosos llenos de agua subterránea. Los arquitectos honran a las majestuosas aves, interpretando a los ocupantes del proyecto de vivienda “como si fueran estas aves que se encuentran alrededor de un núcleo de agua”. De inmediato definido por su uso de materiales naturales, el proyecto de vivienda TOH de Grajales Arquitectos está rodeado por una fachada de paneles de vid de origen local. Estos paneles de vid texturales también se pueden encontrar dentro de los dormitorios de cada unidad. El equipo explica: “Al igual que las aves descansan en los nidos, lo mismo sucederá con nuestros usuarios”. Esta fachada se compone de persianas enormes y operables que se pueden plegar o cerrar según las necesidades de los ocupantes. Esto da como resultado una expresión intrínsecamente dinámica que se transforma continuamente según el interior de los usuarios. Además de las vides regionales, el equipo hizo uso de varios materiales de la zona. Estos incluyen ratán, “caña cantera con vistas maya”, estuco chukum y madera de parota. El equipo continúa: “Su diseño, la selección de materiales, la paleta de colores y la vegetación buscan generar un espacio de calma y paz”. “El proyecto explora una relación constante por dentro y por fuera, de espacios comunitarios y privados, cuidando de un ambiente relajado y respetuoso con su entorno”.