Viviendas Temporales Tierras
Premio de participación: Premio Hábitat Social y Sostenibilidad
Categoría de participación: Hábitat Social y Desarrollo
País de representación: México
Autores:
Arq. Manuel Cervantes Cespedes
Memoria
El proyecto se ubica en plantaciones de árboles de hule para la extracción de látex, una de las principales actividades económicas de Palenque, Chiapas. Esta actividad es posible debido al clima subtropical húmedo de la zona. Por la zona transitan personas provenientes de Haití, México, Centro y Sudamérica en condición de inmigrantes en busca de mejores oportunidades y para llegar a EU.
Debido a esta condición, los trabajadores se instalaron de manera muy improvisada y precaria en sus lugares de trabajo, provocando un enorme deterioro en su calidad de vida.
El punto de partida fue generar un sistema adaptado a la región; en consecuencia, la arquitectura responde directamente a un clima subtropical húmedo, en el que las temperaturas superan constantemente los 26°C con una gran cantidad de humedad. Para lograr la eficiencia bioclimática, era fundamental considerar diversas técnicas pasivas como parte de la arquitectura.
Caracol y Santa Rosa son los sitios del proyecto, esta distribución nos ayudó a separar las viviendas según las necesidades de los ocupantes: Caracol atiende principalmente a personas solas, mientras que en Santa Rosa hay más familias.
Debido a los requerimientos del programa para atender las necesidades de las personas, se concibió un conjunto diverso de módulos: módulo de trabajadores, módulo de familia, módulo de cocina y módulo de limpieza.
Las cuatro tipologías se insertan en el contexto con la intención de ser respetuosas con la naturaleza y complementarse entre sí. La proporción y disposición de cada módulo responde a su contexto inmediato, los árboles de hule. Por ello todo el conjunto se coloca paralelo a los árboles del sitio, aprovechando la sombra que generan los árboles, reduciendo la incidencia solar en las cubiertas del proyecto.
El sistema creado está formado por marcos de hormigón armado colocados en una plataforma elevada para generar ventilación cruzada sobre el módulo, al elevar el módulo evitamos la transferencia de calor y humedad. Fachadas de bambú en los módulos generan privacidad y ventilación cruzada en los espacios interiores. Para generar divisiones en el interior se utilizaron bloques huecos. Los muros se encuentran con vigas de hormigón armado en las que descansan entramados de bambú. El propósito de los marcos es sostener el techo, que está protegido por la sombra proporcionada por los árboles existentes.
El bambú fue un elemento importante para la construcción debido a su abundancia en la zona. El color de la cubierta se eligió para reflejar el sol y evitar el calor en el interior, se diseñó una chimenea a lo largo de la cubierta para extraer el aire caliente del interior del proyecto. Toda la idea es tener una convivencia entre el proyecto construido, el usuario y la naturaleza, una relación integral a través de una propuesta que actúa en silencio, siendo parte de la naturaleza.